Durante la mañana del 1 de mayo, tuvo lugar un extenso tiroteo -de entre 10 y 20 minutos- en la zona boscosa de una estancia ubicada en Amambay.
Allí, la policía localizó un “cuartel” de narcotraficantes y secuestradores; varias personas perdieron la vida y otras quedaron detenidas. Sin embargo, existen varios puntos del procedimiento que fueron cuestionados, principalmente por familiares de los detenidos y fallecidos.
En una zona boscosa ubicada entre los distritos de Karapã’i y Capitán Bado, en Amambay, la Policía desbarató una banda compuesta por unos 25 hombres, aparentemente secuestradores y traficantes de drogas.
El denominado “Operativo Romai” fue posible gracias a un trabajo previo de inteligencia, donde las autoridades siguieron pistas en torno a un aparente núcleo de la organización criminal Comando Vermelho, comentó el fiscal Marcelo Pecci, quien está a cargo del operativo por parte del Ministerio Público.
“Costó mucho detectar a este grupo; es un terreno con muchas pendientes, muchos declives. El hecho de ingresar aquí ya tenía un riesgo”, detalló el fiscal.
El fiscal Pecci informó que en dicha zona boscosa funcionaba un “cuartel” donde había “una organización semejante a lo que es la milicia”. Los supuestos criminales tenían una torre de seguridad, además de un vehículo con dos fusileros a no más de 100 metros, totalmente preparado para reaccionar en cualquier momento, detalló el funcionario.
Pecci informó que se trataría de un grupo que opera en Capitán Bado y cuenta con una estructura suficiente para traficar armas y cocaína. “Creo que con esto el núcleo de ellos queda sensiblemente disminuido. Es un grupo de apoyo del Comando Vermelho”, explicó a la 1080 AM.
Mencionó además que la lluvia colaboró en cierta medida al “factor sorpresa”, ya que los malvivientes no pudieron utilizar todo su poderío armamentístico. “Ante la primera reacción se usó la fuerza necesaria, debida pero necesaria; eran ellos o el grupo (fiscal-policial) el que iba a perder la vida aquí”, manifestó el fiscal. Pecci comentó igualmente que “en este pseudocuartel había mujeres, niños y niñas”.
Por su parte, el comisario Gilberto Fleitas, jefe del Departamento contra el Crimen Organizado de la Policía Nacional, aseguró a la prensa que el tiroteo en la zona duró “entre 15 y 20 minutos de tiroteo, sin mentir”.
Fleitas reafirmó que en el “cuartel narco” estaban instaladas al menos unas 25 personas de manera permanente. “Había ocho personas haciendo guardia en el portón principal (…) Ingresamos a las 06:00 y ya nos recibieron con disparos; gracias a Dios, se trajeron dos vehículos blindados. Lastimosamente, tenemos cinco fallecidos y creemos que habrán sido 12 ó 13 los que se fueron al fondo para dar cobertura a otros integrantes más”, agregó.
El violento operativo que se extendió hasta las primeras horas de la mañana, dejó como saldo cinco personas abatidas y seis detenidos, mientras que aproximadamente 13 delincuentes siguen siendo buscados por la policía.
El comandante de la Policía Nacional, Walter Vázquez, informó que el líder de la banda resultó herido y fue trasladado hasta el Hospital de Santa Rosa del Aguaray; posteriormente lo derivaron al Hospital de Trauma. Por otro lado, no se registraron bajas dentro de la Policía y solo un uniformado recibió el refilón de una bala, pero su herida no es de gravedad.
El comandante Vázquez añadió que en el lugar hallaron numerosas armas de diverso calibre, además de chalecos antibala, vehículos blindados, walkie talkie y celulares de alta gama.
El supuesto líder de este grupo fue identificado como Roberto Núñez Portillo, alias “Robertí”, quien fue herido en la puerta de su casa durante el operativo Romai, según informó el comisario Gilberto Fleitas.
El sindicado fue trasladado al Hospital del Trauma y se encuentra fuera de peligro.
Tras el mega operativo realizado en Amambay, los seis detenidos fueron imputados pero cinco se abstuvieron de de prestar declaración ante el agente del Ministerio Público, Marcelo Pecci.
Se trata de los brasileños Luana Antúnez Bogado y Emilton Leite Da Silva Filho y los paraguayos R.J.N. (menor de 17 años), Clemencio Franco Martínez y el supuesto líder del grupo criminal, Roberto Portillo Núñez.
El único que prestó declaración ante la Fiscalía fue Zoriano Alfonso Sanabria, quien alega ser inocente y asegura que no tiene vínculo con la organización criminal.
Por su parte, familiares de las personas fallecidas aseguran que los agentes policiales realizaron un mal procedimiento, pues varias de las víctimas eran inocentes. Alegan que los agentes policiales “entraron a matar” y que incluso no hubo disparos por parte de los supuestos integrantes de Comando Vermelho.
La madre de Enzo Ribeiro, una mujer de nacionalidad brasileña, y Claudia Román, esposa de Rubén Portillo, aseguran que existen elementos claros de que los mismos fueron abatidos cuando ya estaban rendidos ante la fuerza policial.
Esta última mencionó que los oficiales incluso robaron pertenencias de los fallecidos y le entregaron el cuerpo de su esposo “lleno de moscas”. Aseguraron además que ninguno de estos hombres tenía relación con el crimen organizado y sólo se encontraban en el lugar realizando trabajos de albañilería.
“Creo que al fiscal y al comandante les hace falta una investigación exacta sino iban a saber que había albañiles. Voy a demandar al Estado, voy a limpiar el nombre de mi hijo», dijo por su parte Perla Duarte de Fernández, madre de Richard Fernández, uno de los abatidos.
Las mujeres expresaron que seguirán investigando lo sucedido hasta las últimas consecuencias.
Zoriano Alfonso Sanabria -el único detenido que prestó declaración ante el Ministerio Público- envió un mensaje a su familia y a toda la opinión pública, donde defendió su inocencia y aseguró que no tiene nada que ver con la banda criminal Comando Vermelho.
El hombre dijo que es albañil y solo estaba haciendo algunos trabajos en la casa del propietario de la estancia. Además, aseguró que jamás en su vida disparó un arma y pidió arresto domiciliario hasta que se esclarezcan los hechos.
No obstante, el fiscal Pecci aseguró que Alfonso Sanabria “vivía con el líder de la banda” y dijo conocer sobre los marihuanales del predio, además de saber qué personas “entraban y salían” del lugar.
El comisario Walter Vázquez manifestó en la zona de Capitán Bado existe un “enfrentamiento de bandos” y el núcleo criminal de Comando Vermelho ya fue atacado por sus rivales en dos ocasiones anteriores.
Por esa razón, los criminales estaban preparados para un nuevo ataque; contaban con una gran estructura y un poderoso armamento.
Por otro lado, el fiscal Marcelo Pecci desacreditó los rumores sobre una supuesta quema de archivos con el fallecimiento de seis supuestos delincuentes en el operativo “Romai”.
El agente comentó que tras la muerte de estas personas “allí naturalmente caen las armas, que son aseguradas. Es un requerimiento táctico lógico, no se puede dejar un arma a expensas de 25 personas que puedan reutilizarlas”, explicó. “No hay indicador de quema de archivo alguno”, aseveró Pecci.
Tras la denuncia de los familiares de las víctimas fatales en el operativo “Romai”, surgieron dudas sobre el procedimiento que se cobró la vida de sus seres queridos.
No obstante, el Ministro del Interior Juan Ernesto Villamayor justificó el procedimiento policial y aseguró que los uniformados actuaron de la manera indicada.
“El lugar es una base narco, nadie puede negar eso. En consecuencia, todas las personas que están vinculadas con una operación en ese lugar, se corresponden con actividades que guardan relación con el narcotráfico, más allá de lo que haga cada uno”, aseveró el ministro.
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