Cada 2 de mayo se conmemora el Día Internacional Contra el Acoso Escolar, también conocido como ‘bullying’, un fenómeno que afecta a niños y adolescentes en todo el mundo.
Esta conducta dañina trae serias consecuencias a las víctimas, muchas de las cuales deciden terminar con su vida al no poder superar los traumas del acoso.
A continuación, conozca 11 datos importantes para entender qué es bullying y cómo se puede combatir.
El acoso escolar (también conocido como bullying, en inglés) es cualquier forma de maltrato (físico, psicológico o verbal) al que es sometido un estudiante por parte de sus compañeros de manera reiterada.
Actualmente esta conducta dañina ya no queda solo en el aula, pues con el auge de las redes sociales el bullying se ha extendido a las plataformas de internet; este fenómeno es conocido como “ciberacoso”.
Según las principales estadísticas, el tipo de violencia dominante es el emocional, que se da principalmente en la clase y los patios escolares. En la mayoría de los casos, las víctimas son niños y niñas en proceso de entrada en la adolescencia.
El acoso escolar es un proceso de violencia que aumenta de manera progresiva; estas son las secuencias:
Este tipo de efecto puede darse de dos formas:
Consiste en toda expresión verbal ofensiva, obscena o agraviante que se refiera a la apariencia física, el origen étnico, el género, la religión, la preferencia política o la situación socioeconómica de una persona. El objetivo es descalificar y lesionar la integridad moral de la víctima.
Se refiere a cualquier acción que pretenda humillar o menoscabar a la víctima, afectando su moral y generándole angustia, depresión y otros trastornos que afecten su integridad psíquica.
Este tipo de violencia tiende a excluir o bloquear a la víctima de su esfera social, generando su aislamiento por la situación de acoso escolar que le toca vivir. Por lo general, sus pares manipulan la situación buscando su desprestigio y creando rumores que la denigren o marginen.
Las víctimas de bullying suelen sentirse abrumadas, deprimidas o ansiosas como resultado de las agresiones que sufren constantemente.
Si su hijo o familiar presenta alguna de estas características como resultado del acoso escolar, se puede recurrir un profesional de la salud mental -un psicólogo por ejemplo- que oriente a la víctima y la ayude a crear confianza en sí misma. Esto le permitirá lograr muchos avances tanto en el aspecto social como en el académico.
Desde el año 2009, un método revolucionario logró disminuir de manera sorprendente las cifras de acoso escolar en las escuelas de Finlandia.
Se trata del programa KiVa (acrónimo de Kiusaamista Vastaan, que en finés significa ‘en contra del bullying’), y su éxito no pasó desapercibido en el resto de Europa, donde otros 20 países comenzaron a implementarlo.
Según un estudio en el que participaron 30.000 estudiantes de entre 7 y 15 años en el suroeste de Finlandia, el novedoso método logró eliminar el acoso en cerca del 80% de las escuelas y lo redujo en el otro 20%.
Actualmente, varias instituciones educativas en países de América Latina -entre ellos Argentina, Chile, Colombia y Perú- también están empezando a usarlo.
A diferencia de las metodologías tradicionales, KiVa no solo trabaja con las víctimas, sino que también «incorpora a los testigos», según explicó a la BBC Francisca Isasmendi, psicopedagoga y encargada del programa en el Colegio Santa María de Salta, una de las instituciones pioneras en la implementación de KiVa en Argentina.
Esto quiere decir que el programa «toma en cuenta a las personas que se quedan calladas y sufren pasivamente el acoso». Y aunque los testigos no son víctimas directas, con su silencio o sus risas refuerzan el poder del agresor.
«Porque si bien a nadie le gustar ser partícipe de una situación donde se violenta a una persona, muchos chicos no saben qué hacer para salir del paso o cómo defender a la víctima», agregó Isasmendi.
En el sur y centro del continente, las cifras de acoso escolar crecen de manera considerable según datos de CEPAL y Bullying Sin Fronteras (2014).
Amanda Michelle Todd era una estudiante canadiense conocida en las redes sociales por un caso de ciberacoso que la llevó a suicidarse en el año 2012.
Semanas antes de su muerte, la adolescente publicó un video en YouTube donde contó las terribles experiencias de chantaje, violencia sexual digital, acoso escolar y agresión física que vivió durante sus últimos años.
El video de Amanda no tardó en convertirse en un «fenómeno viral» que puso luz sobre un fenómeno que hasta entonces no era tenido en cuenta por las autoridades educativas. Hoy en día, el video de Amanda sigue generando controversia y a siete años de su publicación ya tiene más de 13 millones de reproducciones.
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