Gabi, como era conocida, se desempeñaba en coberturas policiales, especialmente. Luego de la caída del general Ramón Benítez, extitular del Detave, apareció en una lista de periodistas que supuestamente recibía dinero, del exuniformado.
La periodista se hizo de fama a través de puntillosas preguntas en entrevistas, incluso en algunas de ellas lanzó a la “fama” a otras personas.
Responsables del operativo “Brillante” confirmaron que periodistas recibían dinero del esquema de coimas para el ingreso de contrabando.
Los procedimientos se dieron el viernes 26 y el lunes 29 se conocieron los nombres, entre ellos Víctor Pesoa y Gabriela León, ambos de Telefuturo.
Ambos fueron desvinculados del canal el martes 30, según se supo y fue confirmado por responsables del Sindicato de Periodistas del Paraguay (SPP).
“Directivos de @Telefuturo intentaron obligar a renunciar a lxs periodistas sospechosos de haber recibido dinero a cambio de coberturas. Recuerden que las leyes laborales se deben cumplir y punto”, publicó en su cuenta en Twitter la periodista Noelia Díaz, secretaria general del SPP.
En conversación con la 780 AM, León manifestó que estaba con la conciencia tranquila, pues no está metida en nada irregular.
En ese momento manifestó que tomó la decisión de ponerse a disposición de la Fiscalía por si quieran investigarla.
“Estoy con la conciencia tranquila, no formo parte de ninguna estructura criminal”, apuntó en conversación con el medio citado.
Justamente en el día de la operación “Brillante”, la Comandancia de la Policía Nacional brindó un agasajo a los periodistas, en su día.
Gabi tomó al Comandante Walter Vázquez y le hizo cantar polkas. El hecho llamó la atención en redes sociales y fue muy comentado.
En julio de 2017, Gabriela encargó a un joven que se hizo pasar policía y le sacó la “precisa” sobre el porqué vestía uniforme de la institución, sin ser miembro de las fuerzas del orden.
Ella, con su estilo característico, hizo que el joven confiese que vestía como agente para tener “más levante”. Ante esto, ella le indicó que es casado y que “hendyta nde rógape” (arderá tu casa), en un tono hasta jocoso.
Un joven, supuestamente, distribuidor de crack fue detenido y embretado por la comunicadora. Él, locuaz, trató de esquivar las filosas consultas de Gabi.
La conversación se hizo viral, sobre todo por el ida y vuelta entre los intercolutores. Al ser consultado si estaba bajo los efectos de la droga, él respondió “sobre tu presión no más lo que estoy”, al tiempo de señalar que emprendía con el arroz “Buen Provecho” y que no era ningún comerciante de sustancias ilícitas.
Agustín Ramón Martínez, alias el “Solado israelí”, fue capturado como el principal sospechoso de la ejecución de un abogado, que luego fue enterrado en la zona de Yaguarón.
El hombre fue agobiado por las filosas preguntas de Gabriela. Harto, soltó: “Si usted es juez, al pedo es periodista usted entonces, no me pregunte más, ¡basta!”.
En la cobertura de un hecho de violencia familiar, Gabriela buscó hacerle unas preguntas al denunciado. Un suboficial salió al paso de la periodista lo que generó el debate en redes acerca de su “estilo”. Ocurrió en enero de 2018.
El joven uniformado incluso le indicó que en la Constitución Nacional se garantiza la presunción de inocencia.
En conversación con Pelusa Rubín, en su programa “Siempre Pelusa”, defendió su estilo y afirmó que solo busca “hacer hablar” y que debe tener carácter para desempeñarse en el área policial.
Incluso, en un momento de la conversación reconoció que su labor puede hasta parecer poco amable, pero que ella debía de cumplir su rol de periodista en un ámbito en que normalmente se manejaba con personas que actuaban al margen de la ley.
La entrevista con Ruth Tatiana Gómez, en su momento supuesta pareja del asaltante conocido como Jakaré Po, fue viral en poco tiempo.
La mujer fue agobiada por las consultas, ya que contaba con cuantiosos bienes, sin embargo había confesado que no trabajaba.
De ahí salió, la frase “sos caradura, verdad”, de la que luego se valió la joven para atizar “soy caradura, pero no coimera”, a manera de revancha.
“Muchos creen que yo era una de las famosas ‘Zapatitos de Cristal’, yo no era parte de ese grupo, yo fui una de las ‘Cumbiamberas de Oro’. Acepté trabajar en ese grupo por necesidad. Yo me crié en la Chacarita y en esa época no teníamos ni para pagar el agua. Cuando eso el sueldo mínimo era de G. 30.000 y por bailar me ofrecían G. 50.000, era la oportunidad magnífica no sólo para llevar dinero a la casa, sino que también para salir de la casa. Las giras eran lo máximo para mí. Ahora soy periodista y esa etapa ya quedó en el pasado, ahora soy una profesional seria de la información”, explicó años atrás, de acuerdo a lo reportado por el diario Extra.
En marzo de 2016, un joven había atropellado a unos policías en inmediaciones de la Facultad de Derecho de la UNA.
Cuando la periodista estaba con un contacto en vivo, fue encarada por la madre del hombre, quien incluso la metió al interior de su vivienda, en una especie de secuestro en vivo.
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