4. El corazón también está en riesgo
En dosis elevadas, el consumo de alcohol eleva la presión sanguínea (hipertensión) y por sus efectos tóxicos también produce daño en el músculo cardíaco.
La secuela a mediano y largo plazo puede ser miocarditis, que es una inflamación de las fibras musculares. Esta enfermedad debilita la musculatura cardíaca y, por ende, afecta la capacidad del corazón para bombear sangre.
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