5. Magdaleno Silva
El cuestionado político oriundo de Concepción, quien fue asesinado a balazos junto a su hijo en el 2015, tenía en su haber numerosas denuncias por amenazas, enriquecimiento ilícito y asesinatos. “Con Magdaleno Silva se inició el ingreso del narcotráfico a la política”, aseguró en una ocasión el liberal Robert Acevedo.
Luego de su paso como funcionario de Aduanas en Pedro Juan Caballero -de la mano de Nicanor Duarte Frutos- el ascenso político y económico de Silva fue meteórico. Durante el gobierno de Horacio Cartes, el concepcionero también demostró tener muy buena relación con el exmandatario. Incluso recibió de su parte una distinción por su trabajo durante la campaña electoral.
Sin embargo, sus vínculos con el narcotráfico y las injerencias como operador político siempre lo mantuvieron en la mira de la prensa y los miembros de la oposición. Pero a pesar de todos estos antecedentes, consiguió llegar a la Cámara de Diputados en dos períodos seguidos (2003-2008 y 2008-2013).
Las acusaciones en su contra no paraban de llegar, hasta el año 2015, cuando fue acribillado por sicarios frente a su casa, mientras estaba con uno de sus hijos y varias personas más. Según comentó Robert Acevedo, Magdaleno Silva “trabajó con los tres grandes narcos brasileños”, en referencia a Fernandinho Beira Mar, Jarvis Chimenes Pavao y Luiz Carlos Da Rocha, alias “Cabeça Branca”.