Pasaron 30 años desde que el dictador Alfredo Stroessner fue derrocado y la democracia retornó al país. Sin embargo, pese a la larga sucesión de mandatarios que gobernaron al Paraguay desde aquel entonces, algunos problemas de la ciudadanía nunca desaparecen.
Tal es así, que la sociedad paraguaya «se acostumbró» a ciertos problemas sociales cuyas soluciones parecen imposibles de conseguir, ya sea por corrupción, la falta de recursos o el desinterés por parte de Estado y sus gobernantes.
A continuación, conozca algunos los 10 suplicios a los que el paraguayo debe someterse todos los días.
No hace falta ir demasiado lejos para explicar este primer punto, pues solo basta con observar los restos de la obra fallida del Metrobús, sobre la ruta Mariscal Estigarribia.
La empresa Mota Engil percibió un total USD 23 millones y no culminó ni la mitad del corredor destinado a este importante proyecto. La disputa entre los representantes estales y la firma extranjera sigue en pie, mientras que los ciudadanos deben sufrir las consecuencias del caos vehicular y el duro golpe al comercio que afectó a la zona de obras.
La energía eléctrica también se convirtió en un suplicio para muchos paraguayos. Desde hace varios meses, la ANDE está siendo acusada por los desmesurados aumentos de hasta 200 % que vienen sufriendo miles de usuarios de la capital y el interior del país. Esto sin contar los constantes cortes de energía y quema de electrodomésticos que se repiten todos los años, sobre todo en épocas veraniegas donde las altas temperaturas obligan al uso de ventiladores y aire acondicionado.
Las calles en mal estado son un constante en todo el país, pero puede observarse con más facilidad en el centro capitalino.
Los asfaltos destrozados y los innumerables baches que ‘inundan’ la zona -sobre todo después de las lluvias consecutivas del mes de marzo- obligaron a la Junta Municipal a declarar en emergencia vial por 60 días a la ciudad de Asunción, de manera a que se reparen y se pongan en condiciones las calles. Una vez más, es una promesa que hay que ver para creer.
La deficiencia de desagües pluviales en Asunción y en todo el departamento Central, causan estragos sobre todo en los días lluviosos. Basta con recorrer la ciudad en cualquier día de tormenta para notar que esta falencia no es nueva y está lejos de solucionarse.
Además de la falta de interés por parte de las autoridades, las basuras arrojadas a las calles son también un gran inconveniente. Los raudales -además de ser un serio problema para el transito vehicular- pone en riesgo la vida de miles de personas que a diario deben salir de sus hogares para cumplir con sus obligaciones.
La Dirección de Terapias del Ministerio de Salud, informó que a nivel país solo se disponen de 300 camas de terapia intensiva, lo que corresponde al 50% exigido por las normas internacionales.
Además de esta grave falencia (que deja muchos pacientes sin la atención correspondiente y con riesgo de muerte), la falta de medicamentos e insumos básicos es un problema constante en todos los hospitales públicos del país.
El número 9 es una de las causas de la pobreza en el Paraguay.
Viajes de lujo, viáticos, vale para combustible y la exoneración de diversos servicios estatales, son algunos de los ‘beneficios’ que las autoridades paraguayas pagan con dinero público. Actualmente, la mayor parte del dinero recaudado por el Estado se destina al salario de funcionarios y otros privilegios de operadores políticos.
No obstante, la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) insiste en presentar su plan de reforma impositiva (para decirlo de forma simple y clara: un impuestazo), como una “metamorfosis positiva”. Aunque por el momento, el ente no muestra más que promesas en lo que refiere a mejorar el gasto público y hacer una mejor distribución de los bienes del país.
Las instituciones públicas y sus funcionarios no se alejan de los innumerables casos de corrupción, lavado de dinero y contrabando que azotan con crudeza al Paraguay.
Desafortunadamente, esta ‘costumbre paraguaya’ de evadir a la justicia y a la contribución fiscal, llevaron al Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) a realizar una intensa evaluación sobre la efectividad de la legislación y las instituciones que deben combatir estos delitos.
En caso de no superar la prueba Paraguay será declarado un país “no cooperante”, lo que traería serios inconvenientes a nivel internacional, según lo explicó la titular de la Secretaria de Prevención de Lavado de Dinero o Bienes (Seprelad), María Epifania González.
En medio de tanta desidia estatal, los niños y la educación paraguaya están sufriendo las consecuencias por la falta de recursos básicos en las escuelas.
Según explicó el ministro de Educación, Eduardo Petta, existen unas 216 aulas -en más de 100 instituciones del país- cuyas infraestructuras están en situación crítica. Muchas de ellas no tienen techo o padecen problemas edilicios varios. Ninguno de estos sitios estaban contemplados dentro del paquete de las 1.000 aulas en reparación.
Asimismo, unas 500 instituciones educativas están con el plantel docente incompleto, porque no se previeron reemplazantes a docentes que se jubilaron en los últimos meses, según denuncia el Sindicato Nacional de Directores (SINADI).
Aunque el Centro de Empresarios del Transporte del Área Metropolitana (Cetrapam), aceptó la orden del Ejecutivo de reducir el costo del pasaje a principios del 2019, el sistema de transporte público presenta serios problemas que afectan la rutina diaria de miles de trabajadores.
Buses en mal estado que se descomponen en el camino, falta de seguridad y las ‘reguladas’ aplicadas por los empresarios del transporte, son algunos de los suplicios que la ciudadanía debe soportar si quiere utilizar un colectivo en Paraguay.
La distribución y titularización de las tierras, sobre todo en el área rural, es una deuda que el Estado paraguayo tiene pendiente desde hace décadas con el campesinado. Es por eso que varias organizaciones sociales manifiestan su descontento con esta injusticia social que beneficia solo a unos pocos y poderosos terratenientes.
Ester Leiva, Coordinadora Nacional Intersectorial (CNI), expresó recientemente que “las autoridades de turno no tienen interés de responder y llevar adelante los reclamos del campesinado paraguayo”.
Aunque miles de trabajadores pagan cada mes los servicios de Instituto de Previsión Social (IPS), la atención en este importante centro médico es deficiente y constantemente presenta nuevos inconvenientes para los asegurados.
Además de esperar semanas y hasta meses por una consulta, los pacientes sufren a diario por la falta de insumos básicos y medicamentos.
Actualmente, los enfermos renales y las gestantes sufren la escasez de insumos y medicamentos en los servicios del IPS, tanto en Asunción como en Villarrica, según la denuncia de asegurados y familiares.
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