En la tarde del martes, Ayala canceló el contrato con la Secretaría Nacional de Administración de Bienes Incautados y Comisados (Senabico), por el cual alquilaba por el valor de G. 7 millones la quinta de Nápoles, ubicada en la ciudad de Juan E. O’Leary.
Según el acta de recepción de la Senabico, Ayala renunció a la Quinta Nápoles porque sintió que su integridad física corría peligro ya que recibió supuestas advertencias por parte de personas a quienes no pudo identificar, que ingresaron como visitantes al sitio.
Ayala Florentín se reunió al mediodía del martes con Juan Carlos Venegas, jefe del Departamento de Registros y Seguimientos de Bienes de la Senabico, y entregó las llaves de la quinta que arrendaba con fines comerciales (turismo).
El arrendatario mejoró el inmueble con la instalación de 10 baños y algunas puertas, reparación de tuberías y la reposición de circuitos y artefactos eléctricos en varias zonas del mismo, según el documento.
Tras la presión de la ciudadanía y de los medios de prensa, la Senabico publicó el 15 de febrero pasado en su portal web el contrato de la Quinta Nápoles.
El documento expresa que Miguel Ángel Ayala Florentín es arrendatario de la propiedad desde el 15 de enero de 2019 con una vigencia de 3 años, pagando la suma de G. 7 millones al mes.
Se constató que sobre el arrendatario pesan nueve demandas por la falta de pago de préstamos, tarjetas de crédito, telefonía celular, entre otros, las deudas ascienden a la suma de G. 49.951.502.
La titular de la Senabico, Karina Gómez renunció al cargo y en su lugar asumió Carolina Llanes, quien había encabezado la intervención en Ciudad del Este, informó ABC Color.