El dispositivo de seguridad estuvo compuesto por agentes de civil, como también uniformados que portaban armas en las adyacencias de la fachada del litoral del Palacio de López.
En la azotea del Palacio, se observaba a militares y policías con armas de grueso calibre, y francotiradores. También helicópteros de la Fuerza Aérea sobrevolaban la zona.
La ceremonia de traspaso de mando no solo contó con presencia del nuevo Presidente de la República y sus ministros, también estuvieron presentes mandatarios de la región.
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