En la tarde de este lunes, el ahora exlegislador no aguantó la presión y dimitió. Minutos después publicó un escrito a través de su cuenta en Facebook.
El escrito completo se encuentra abajo:
Gracias a mis amigos y compañeros que me dieron su confianza y amistad, les agradezco profundamente, sin embargo es hora de dar un paso al costado y no seguir alargando una agonía que genera inestabilidad, que daña la institucionalidad de la Cámara de Diputados y del País.
Por ello, con el mayor gesto de humidad, presenté mi renuncia al cargo de Diputado Nacional por el periodo 2018 – 2023.
Pido disculpas a la ciudadanía que se sintió ofendida por mi caso, pero mi salida no impedirá que siga trabajando al servicio de la gente mas necesitada.
Este paso lo doy serenamente con el espíritu de pacificar los ánimos y recuperar la armonía social y la estabilidad institucional, necesarias para que nuestro país siga avanzando en una agenda pública, centrada en los grandes problemas nacionales.
En mi agenda personal y política, siempre estoy al servicio de la gente, desde mi hogar, desde la lucha en las calles, en los distritos y compañías del Departamento Central, donde comparto con personas maravillosas, a ellos les digo que estaré siempre a su lado.
El caso Ibáñez
Todo vino luego del caso conocido como “caseros de oro” en que se comprobó que el legislador pagó con dinero del erario público a los empleados que mantenían su quinta en Areguá.
José María Ibáñez fue beneficiado con una medida alternativa al proceso semanas atrás. El legislador devolvió G. 30 millones y donó un generador como sanción por pagar a sus tres caseros con dinero del erario público.
El pasado miércoles, el diputado fue juzgado por sus pares en una sesión en que se trató la pérdida de su investidura.
En su defensa, esgrimió diversos tipos de argumentos, tiroteó contra periodistas, medios, dueños de medios, grupos económicos, entre otras cuestiones.
La indignación de la ciudadanía estalló cuando cuando fue absuelto por su pares y pidió permiso sin goce de sueldo por 30 días.
Diversas muestras de repudio se dieron desde el miércoles en horas de la tarde. Incluso, su casa fue objeto de un escrache, además, diferentes comercios decidieron prohibir el ingreso del legislador.
