La familia Antar, por su parte, prepara el calvario de la Cruz con tacuaras, palmas, hojas de ka’avove’i, una gran cantidad de chipas y rosarios de maní, estos dos últimos son repartidos entre los visitantes luego de la celebración eucarística.
Una práctica tradicional que pasó de generación en generación, desde hace más de 80 años. Según lo relató el señor Bartolomé Antar, su abuela lo heredó de su bisabuela y busca que sus hijos también sigan con la práctica.
Comentó que no solo es una tradición familiar sino que también sus vecinos en el Barrio Bernardino Caballero, de la capital, participan de la actividad, pues considera que es una buena forma de compartir y no perder la unidad.
Resaltó también que les lleva un poco más de un mes de preparación. Elaboran unas 3.600 chipas y un centenar de rosarios hechos de maní para recibir a unas 300 personas al año de distintos puntos del país y el extranjero.
Este jueves, a las 20:00 horas los visitantes podrán participar de una celebración eucarística, en la residencia Antar, ubicada en la intersección de las calles Teodoro S. Mongelós y José E. Rodó, Asunción. Luego del culto religioso, los visitantes serán obsequiados con las chipas del calvario.