El joven decidió radicar la denuncia en la Comisaría 10ª Central de la ciudad de Mariano Roque Alonso.
Según reportes de Abc, el denunciante manifestó a la policía que su tía, de 80 años, se encontraba con varias enfermedades y en silla de ruedas. Esta situación habría sido aprovechada por su sobrina María Gabriela Servián y el marido de esta para quedarse con el comedor solidario Mitã Raity.
Los denunciados encerraban a doña Sara en una habitación y a recibían donaciones a su nombre.
El sobrino señaló que desde el encierro de doña Sara, el ambiente se volvió “turbio y con manto de sospecha” sobre el modo de administrar el comedor.
Indicó además que los familiares cercanos a Servían se dieron cuenta que la misma estaba sufriendo maltratos sicológicos y físicos. La mujer era encerrada en una habitación sin poder defenderse y en una silla de ruedas.
Al percatarse de la cuestión, César Servián, quien es hermano de la acusada, María Gabriela Servián, se presentó ante las autoridades a efectuar la denuncia correspondiente.
Datos
Según refieren los documentos doña Sara, luego de pedir auxilio al joven, compareció ante el juez Carlos Bogado Cuellar, del Juzgado de Paz de Mariano Roque Alonso, para constatar la situación de violencia familiar. Al mismo tiempo solicitó al juez que imponga la medida que corresponda para protegerla.
En tanto que los demás familiares exigen inmediata protección para la víctima.
Por otra parte la denunciada fue citada a comparecer ante el juez Carlos Bogado Cuellar, el lunes 12 de marzo. Además se solicitó a la otra parte acercar las pruebas del hecho denunciado.
El denunciante remarcó su pedido de “intervención del Comedor Mitã Raity para que no haya impunidad a ningún hecho delictivo, mucho menos cuando se traiciona la confianza de cientos y miles de personas que confñian ciegamente en Doña Sara”.
El Comedor
Desde hace varios años doña Sara se dedica a dar de comer a miles de niños carenciados. Su comedor Mitã Raity es uno de los más significativos de Asunción.
RDN llegó hasta el lugar varias veces durante las inundaciones, sin embargo los encargados solo se remitían al pedido de ayuda para el comedor.
Doña Sara se identificó toda su vida por el servicio a los demás, ahora ella precisa de la intervención de las autoridades y de la solidaridad ciudadana.