Tanto ahorra como invertir reflejan una visión a mediano o a largo plazo, además de una intención clara de planificar un futuro en el que los ingresos puedan redituar con creces. Sin embargo, siempre es bueno saber cuándo invertir y cuándo ahorrar.
Ahorrar: siempre. Es fundamental para que el presupuesto familiar no se desbalancee ante ningún imprevisto.
Invertir: el mejor momento para invertir es cuando uno detecta oportunidades antes de que las haya notado el resto de la gente. Por ejemplo, si muchas personas detectan una propiedad a buen precio, lo más probable es que la demanda haga que el precio aumente y la misma dejará de ser una ‘oportunidad’.
Según Francisco Gómez, director Comercial de Fortaleza Inmuebles, muchas veces estos conceptos se mezclan: “no hay que perder de vista que la inversión tiene un objetivo de renta desde el vamos y el ahorro tiene otro tipo de objetivo”.
Agregó que cuando se trata de invertir, la confianza es lo más importante: “No es recomendable hacer inversiones en temas totalmente desconocidos para uno, la confianza en dónde se deposita el dinero es fundamental, las garantías que ofrece, quien ofrece el sistema de inversión, y los plazos que uno considere prudentes o razonables para obtener el rédito trabajando. Cuanto más confiable es la alternativa de inversión, más realista es el plazo en el que uno pueda destinarle dinero a dicha alternativa. En el caso de Fortaleza, ofrecemos un producto a 20 años, y eso requiere una generación de confianza muy importante en el mercado y con nuestra cartera de clientes”, puntualizó el ejecutivo.
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