Un informe firmado por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) pone de manifiesto que enamorarse supone un aumento de peso de unos 4,5 kilos de media que empiezan a caer desde el mismo momento en el que una persona se enamora y hasta que la relación se consolida.
La organización pudo comprobar lo mencionado tras analizar una muestra de más de 2.300 mujeres de entre 31 y 40 años, con novio o casadas, con al menos un hijo, con estudios superiores y residentes en núcleos urbanos.
A su vez descubrieron la existencia de distintos factores que explicarían el porqué del aumento de peso. El primero de ellos estaría relacionado con la necesidad de “amarrar” al que uno cree puede ser el amor de la vida a través del aspecto físico en un contexto de dura competencia.
Una de cada cuatro mujeres sometidas a examen reconoció haber comido menos durante los primeros pasos de la relación restando importancia a su aspecto. Una vez en la zona de confort, corroboraba otro estudio, tanto ellos como ellas aumentaban el tamaño de sus porciones en cada comida.
Además de los hábitos alimenticios, y según se desprende de la muestra de este mismo informe, el 33% practica más deporte cuando se encuentra en fase de búsqueda de pareja y el 35,8% relega a un segundo plano el ejercicio físico una vez el amor empieza a menguar, informa El Mundo.
La publicación señala que después de constatar las diferencias de peso entre hombres y mujeres solteros y con pareja estable, se verificaba que el peso medio de las mujeres emparejadas es 10 kilos mayor que el de aquellas que no tienen compromiso alguno.
Por otro lado, en el caso de los hombres, el incremento medio se sitúa en los 7,5 kilos.
Esta web usa cookies.