La ficciofilia puede presentarse bajo otros nombres como schediafilia o toonofilia.
Los afectados se ven atraídos por un amor imposible o deseo sexual irrealizable hacia personajes de ficción que pueden estar sacados de dibujos animados, cómics, videojuegos, series de televisión, literatura, cine o cualquier tipo de posible ficción, de acuerdo a lo informado por el portal de El País, de España.
Las personas que experimentan la ficciofilia llegan a establecer relaciones largas, íntimas e intensas que sólo tienen cabida en la fantasía, pudiendo desarrollar historias complejas y personales de gran importancia bajo la amenaza constante de volverse adictos a la abstracción mental.
En el caso de Japón, ya es un cuestión normal entre los jóvenes, incluso un hombre se llegó a casar con un personaje de ficción años atrás.