El objetivo de esta movida propiciada por los senadores oficialistas y sus aliados es permitir la realización de una enmienda que, a su vez, permita introducir en la Carta Magna la figura de la reelección presidencial.
Para ello, ayer a la mañana los oficialistas convocaron a una sesión extra. A pesar que el titular del Congreso, tiene potestad para convocar la misma en 48 horas, los senadores forzaron la realización de la reunión para dar entrada al pedido de modificación del reglamento interno.
Bajo el argumento de que Robert Acevedo, y su vicepresidente, Eduardo Petta, intentaron dilatar esta convocatoria, el vicepresidente segundo, Julio Velázquez, presidió la sesión pese a que en el lugar se encontraban las máximas autoridades. Dio trámite al pedido realizado por sus pares y envió a comisión el pedido.
Luego, en otro capítulo del atropello, los 25 senadores convocaron a una nueva sesión extra para tratar los artículos que serían modificados en el reglamento. Se aprobó por mayoría, aunque esa convocatoria se realizó prácticamente a puertas cerradas.
Los disidentes, como el senador Petta, aseguraron que se había consumado un golpe parlamentario. Otros legisladores, como Mario Abdo o Luis Alberto Wagner, señalaron que recurrirán ante la justicia para denunciar las irregularidades cometidas.
El cambio del estatuto es clave ya que por esa vía sólo se necesitaría una mayoría simple para aprobar la enmienda. El objetivo de los colorados cartistas, los liberales llanistas y luguistas es aprobar cuanto antes la realización de un referéndum sobre la reelección presidencial.
